Spring Marriage Supplement
El Movimiento Familiar Cristiano es como ‘una escuela para el matrimonio’
Norma y Giovani Chávez, coordinadores del Movimiento Familiar Cristiano para Indiana y Ohio, se toman una selfie con los líderes y coordinadores de Indiana en la parroquia St. Patrick en Indianápolis el 29 de julio de 2023. (Foto enviada)
Por Natalie Hoefer
Kathy y Víctor Lara habían enfrentado dificultades durante buena parte de sus 18 años de matrimonio.
“Yo cuidaba a los niños y él trabajaba, y no encontrábamos la manera de equilibrarlo todo y de trabajar en equipo”—recuerda Kathy. “Durante años, tuvimos dificultades por eso y estuvimos considerando divorciarnos.”
Unirse al Movimiento Familiar Cristiano de su parroquia San Gabriel Arcángel de Indianápolis hizo que su matrimonio diera un vuelco.
“Causó un gran impacto en nuestro matrimonio, un cambio de 180 grados,” afirma.
Víctor se apresura a estar de acuerdo, señalando que el Movimiento Familiar ayudó a la pareja a darse cuenta de que “tenemos que invitar a Dios a vivir con nosotros; de lo contrario, no podremos encontrar ese equilibrio perfecto.”
El Movimiento Familiar Cristiano, que comenzó en Chicago en la década de 1940, figura en el Directorio de movimientos laicos, organizaciones y asociaciones profesionales de los obispos católicos de Estados Unidos.
Según su página web, el Movimiento Familiar “se esfuerza por equipar a las familias para abordar intencionadamente las preocupaciones a las que se enfrentan en la sociedad moderna, para ayudarles a descubrir formas de crecer en santidad ellos mismos y como familias y, en última instancia, para llevar la luz de Cristo a sus entornos.”
Los miembros del movimiento se reúnen cada dos semanas en pequeños grupos de parejas, dejando tiempo para la oración, la reflexión sobre las Escrituras y tiempo para socializar.
Durante las reuniones, también utilizan los libros del Movimiento Familiar para analizar temas que afectan a las familias y a la sociedad, empleando un método de “observar, juzgar, actuar,” mediante el cual las parejas pueden “ver los hechos de su vida cotidiana, juzgarlos a la luz del Evangelio y de la doctrina social católica, actuar a partir de sus nuevas percepciones y cambiar y transformar sus [vidas] inmediatas, así como la sociedad en general,” explica la página web.
“Actuamos al hacer un compromiso”—afirma Kathy—. “Por ejemplo, si vemos que no nos comunicamos bien, nos enfocamos en cada pareja y en lo que necesitan trabajar durante dos semanas y luego vemos cómo les ha ido dos semanas después. Es como un acompañamiento de la pareja durante el matrimonio.”
Cada pequeño grupo—y algunas veces al año, todos los grupos juntos—se reúnen también como familias para hacer picnics, noches de juegos y otras reuniones divertidas. Asegura que cuando la pareja vive su fe “creemos que los niños verán su ejemplo y vivirán también su fe.”
Los sacerdotes desempeñan un papel importante en el Movimiento Familiar. Como pareja coordinadora local, los Lara se reúnen con un sacerdote que “nos orienta y nos cuenta más sobre el tema [de la próxima reunión]. Así vamos a hablar con las familias equipados con una comprensión más amplia; por eso es importante que nos compartan sus conocimientos.”
Aunque los hispanos constituyen la mayoría de los participantes locales (el Movimiento Familiar también tiene presencia en la parroquia de San Patricio de Indianápolis), es para todos los católicos, independientemente de su raza, etnia o idioma.
“Para mí, esta es una escuela para el matrimonio”—declara Víctor—. “Estamos enamorados del Movimiento Familiar Cristiano porque ayuda a nuestras familias, ayuda a nuestros hijos y ayuda a los demás.”
(Para obtener más información sobre el Movimiento Familiar Cristiano, visite www.cfm.org. Para informarse sobre cómo llevar el Movimiento Familiar a su parroquia, comuníquese con Giovany y Norma Chávez al 915-803-5840.) †
See more from our Spring Marriage Supplement
